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lunes, marzo 24, 2014

“Hoy en día, el amor, la belleza y la felicidad están sobrevaluados”

“Hoy en día, el amor, la belleza y la felicidad están sobrevaluados”

POR CLAUDIO MARTYNIUK

La gente va detrás de demasiadas verdades absolutas y recetas para lograr todo ya. El vínculo real con el otro implica aceptar su diferencia y su complejidad, dice el entrevistado.
23/03/14
Darío Sztajnszrajber enseña filosofía en aulas de la secundaria y la universidad. Su capacidad y dotes comunicativos le abrieron las puertas de otro medio, la televisión. Su programa “Mentira la verdad” es visto por adolescentes y lo usan maestros en sus clases. Y hasta lo reconocen en la calle. Cuenta Darío: “Un día, en mi barrio, me cruzo con una barra de chicos que claramente se había escapado del colegio. Uno me chista y me grita: ‘¡Aguante, Mentira la verdad!’ No soy devoto de la cultura del aguante, pero me pareció un contraste increíble que un chico que se escapa del colegio celebre un programa de filosofía producido en Encuentro, el canal del Ministerio de Educación. Lo político es una zona de contrastes, de tensiones, y luego viene la política a intentar suturar, resolver, ordenar. El concepto de ‘mentira la verdad’ que tomamos de una canción de Manu Chao, plantea que todo es más contradictorio de lo que parece y que se puede leer a la verdad como la mentira más efectiva”.
¿El amor no es más fuerte que la verdad? Entre tanta precariedad y contradicción, ¿acaso en el amor hallamos un absoluto?

Le temo a los sobredimensionamientos. Creo que en nuestras sociedades el amor está sobrevaluado, del mismo modo que están sobrevaluadas la felicidad o la belleza. ¿De cuál amor, felicidad o belleza hablamos? Hay que dejar de adorar este amor que se nos presenta en todas partes para recuperar otro tipo de amor: aquel que fuimos enajenando, dejando de lado y desterrando. Quizás para ser felices haya que dejar de perseguir obsesivamente la felicidad, sobre todo por el modo en que está asociada la felicidad en nuestros tiempos a todo aquello que nos hace infelices: la dependencia y el deseo de eternidad.
¿Qué nos suma amar?

Hay una forma instituida de pensar al amor como si fuera una ganancia. Algo que me suma. Algo que me hace crecer, que me llena. Mucho “me”. El otro, entonces, se vuelve un objeto del que me nutro para expandirme, para realizarme. Pero en el mismo acto en el que sumo al otro, en que lo incorporo (lo hago mi cuerpo), lo pierdo. Así define Platón al amor como Eros: busco una pareja para que me complete, pero esa búsqueda ya está condicionada por mi falencia, por mi necesidad. ¿No pierdo entonces la otredad que el otro me trae? En general primero elaboramos un modelo de pareja ideal que salimos a buscar, pero ese modelo ideal responde a mis necesidades y por ello cuando el otro aparece no lo recibimos, sino que lo hacemos encajar en ese modelo previo del que partimos. Todo termina siendo una relación de amor de uno consigo mismo.
¿El amor termina en un contrato?

El amor como ganancia supone la lógica del cálculo y por ello su institucionalización en acuerdos. ¿Pero qué tiene que ver el amor con los acuerdos? Si hay acuerdo, hay una prioridad del Yo, pero ¿no es el amor un acto de entrega hacia el otro? Y entonces, ¿no son los acuerdos más bien figuras de la conveniencia? Hay otra forma de pensar el amor que tiene que ver con la prioridad del otro. No con la idealización del otro sino con el otro en su otredad, que en general, se nos vuelve imposible, por no decir, insoportable. Es que la diferencia del otro me sobrepasa y por eso sólo puedo acceder al otro o bien traduciéndolo a mis categorías o bien negándolo. Pero en ambos casos, lo pierdo. El vínculo real con el otro es siempre un imposible. Es importante desarrollar esta conciencia, en tiempos de invocaciones facilistas a la armonía general o a la disolución de los conflictos. Por eso el auténtico amor es un acto de entrega, de desapego, donde el otro ya no es una propiedad que poseo para expandirme o ser feliz, sino alguien que en su diferencia me saca de mí mismo y me libera.
¿Qué hacen la economía, el mercado y el derecho con lo que se llama amor?

Es importante comprender que las formas institucionales de administración de los afectos chocan contra la misma naturaleza del amor como exceso. Una economía del amor es economía y no amor. El amor es siempre desmedido. En el amor no se gana, se pierde. No creo que el amor tenga que ver con esa felicidad que se nos presenta en las publicidades. Al revés, el amor nos conecta con nuestras zonas más existenciales donde nos cuestionamos y sensibilizamos, por no decir angustiamos, frente a la conciencia de lo contingente de todo lo que nos rodea.
Fuente: Clarin.com

viernes, marzo 21, 2014

DIA DE LA FELICIDAD


Pilar Sordo dijo que “tenemos que ser felices a pesar de estar cansados y tristes”

felicidad
Día Internacional de la Felicidad.
20 marzo 2014 -
La psicóloga chilena, Pilar Sordo, habló en Radio Brisas en el Día Internacional de la Felicidad y explicó que “tenemos que ser felices a pesar de estar cansados y tristes” porque “la felicidad es algo que genera uno en la medida que tiene una buena actitud en lo que quiere vivir”.
Pilar Sordo precisó que “cometemos dos errores al mezclar felicidad con la alegría, y suponer que uno es feliz cuando esta contento. Si eso fuera verdad la gente que está en quimioterapia no podría ser nunca feliz porque en esos lugares no hay nadie contento pero la felicidad no pasa por la alegría. Y otra concepción es asociar la felicidad con lo material y eso no es real por que sino toda la gente millonaria sería feliz y no es así”.
Algo muy importante indicó que “es la actitud. Saber elegir, tener actitud frente a los dolores, hay gente que se levanta con una sonrisa y muchas penas en el alma, y esa es la gente que tiene buena actitud y no necesita un Día de la Felicidad”.
La psicóloga recordó que una investigación se determinó que para ser felices “primero hay que decidir la felicidad segundo ser agradecido, los que no son agradecidos de los simple tienen mucha dificultad para tomar decisiones, y tercero hay que centrarnos en lo que tenemos y no en lo que nos falta”. Ante esto, subrayó que “es más feliz el que menos cosas necesita”.
Entonces, manifestó que “la felicidad no es perfecta, la vida está llena de matices gracias a Dios porque permite que evalúe cuando estoy plena o no”.
Fuente: RadioBrisas.com

lunes, marzo 10, 2014

SUSURROS DE AMOR- EL MEJOR CANAL DE MEDITACIONES

Meditaciones - Susurros de Amor
SUSURROS DE AMOR es un canal de youtube de meditaciones y cursos absolutamente gratis.
Hace ya 2 o  3 meses que lo escucho y todo lo que me ha aportado y me nutre es muchisimo. 
Por eso se los recomiendo con todo mi amor-
Entren, chusmeen, vean, escuchen las meditaciones, vean qué cursos hay ( ninguno con costo). Todo hecho con y por amor.
También tiene un blogsusurrosdamor.blogspot.com

domingo, marzo 09, 2014

EL RESENTIMIENTO

Este entrada la voy a dedicar a una emoción que creo que todos conocemos: el resentimiento
Y digo que es conocida porque se produce tanto en el ámbito personal como en el de las organizaciones. Por ejemplo, estamos resentidos con nuestra pareja porque pedimos colaboración y no nos la da, o bien con nuestra empresa porque no nos trata como merecemos. Para empezar, os adjunto una una definición del término:

Resentimiento es la acción y efecto de resentirse (tener un enojo o pesar por algo). El resentimiento se refleja en diversos sentimientos y actitudes, como la hostilidad hacia algo o alguien, la ira no resuelta sobre un acontecimiento, el enfurecimiento o la incapacidad para perdonar.

De esta definición me gustaría destacar varios aspectos.

El primero. El esquema sobre el que se sustenta el resentimiento suele ser que algo o alguien nos ha causado un daño que consideramos que no se puede reparar y que juzgamos que no merecemos, por lo que el causante merece que le castiguemos. La forma en que se ejerce ese castigo puede ser mostrar hostilidad hacia el causante de nuestro dolor,  y la incapacidad de perdonar.

Otro aspecto muy importante es que el resentimiento implica algo que está enquistado, no resuelto. Si lo pensamos en términos de tiempo, este sentimiento podría venir de un acontecimiento sucedido hace meses o incluso muchos años. Por lo tanto el resentimiento es un compañero de viaje que nos puede acompañar durante mucho tiempo por lo que puede llegar a tener mucho impacto en nuestras vidas.

También es bueno tener en cuenta que hay ocasiones que no somos capaces de reconocer que estamos resentidos. Puede ser que llevemos tanto tiempo con ello que ya forme parte de lo que nosotros consideremos algo “normal”. Cuando uno lleva una pesada carga durante mucho tiempo muchas veces se olvida que la lleva. ¿Cómo podríamos reconocerla? Mostrarse nervioso o muy sensible ante ciertos hechos o personas, tener una actitud hostil, expresar dificultades para confiar en nuevas relaciones y sentirse menospreciado son algunos indicadores.

Hasta ahora hemos hablado de los efectos externos del resentimiento. Sin embargo estas actitudes que se muestran en el exterior tienen un efecto sobre nosotros. En realidad, lo que sucede en el exterior responde a algo que nos pasa en nuestro interior. ¿Cómo son esas sensaciones? Desde luego no es algo que nos proporcione calma ni sosiego sino todo lo contrario. Por lo tanto el resentimiento tiene una componente de sufrimiento para el que se siente resentido. Es como si el “castigar” tuviera un efecto secundario sobre el que castiga. Esto me trae a la memoria una cita que explica muy bien este fenómeno.
El resentimiento es como tomar veneno esperando que la otra persona muera. – Carrie Fisher.
Finalmente decir que el resentimiento también se basa en el hecho que pensamos que el comportamiento  de la otra persona o las circunstancias han sido la causa de cómo nos sentimos. (Diferencia entre causa y estímulo). Esto nos convierte en víctimas, lo cual tiene un efecto muy positivo en nosotros ya que nos da la tranquilidad de ser los inocentes. Sin embargo hay un efecto secundario que hay que tener en cuenta. El ser víctimas nos incapacita para la acción ya que es el otro el culpable y por lo tanto no podemos hacer nada. Y si no podemos hacer nada dejamos de ser libres y nos convertimos en esclavos del resentimiento que sentimos por nuestro “agresor”. Lo curioso es que es una esclavitud generada por nosotros porque el “agresor” no nos obliga a sentir eso. Estamos enganchados al agresor pero somos nosotros los que nos enganchamos y no al revés. Hay otra cita relacionada con ello para explicarlo.
El resentimiento es la emoción del esclavo, no porque el esclavo sea resentido, sino porque quien vive en el resentimiento, vive en la esclavitud.” F. W. Nietszche
Quizás alguno de vosotros se diga lo siguiente. “Vale, puedo llegar a entender que es la emoción del esclavo, y además, decido que no quiero continuar así. Sin embargo no puedo evitar dejar de sentir como siento. ¿Cómo puedo salir de este círculo vicioso?”.
Muy bien, la buena noticia es que se puede salir de esta dinámica y la no tan buena es que requiere determinación. ¿Estáis dispuestos? Si contestáis que sí, continuad leyendo. Sino es así, no creo que os valga la pena que continuéis esta lectura.

. Lo que os propongo es seguir los siguientes pasos.
1. Separa el grano de la paja, es decir hay que ver cuales son los hechos y separarlos de las cosas que nos decimos con respecto a los otros, a las circunstancias y a nosotros mismos. Esto que parece algo muy fácil de hacer no lo es en absoluto porque, a menudo, confundimos los hechos con los juicios que emitimos respecto lo sucedido. La manera más fácil de distinguirlo es que son hechos todo aquello que se podría registrar con una cámara de vídeo. El resto son juicios sobre los hechos. Y no entramos si son juicios bien o mal fundamentados (¿Sabemos diferenciar hechos de opiniones?) pero en definitiva NO son hechos. Escoged un episodio que pueda ser representativo separad hechos de juicios.
2. Lo que te dices es una película. Cuando confundimos los juicios con hechos quiere decir que nos hemos creído completamente nuestra historia porque los juicios son la película que nos contamos. Eso no significa que debamos ignorarlos. Al contrario, hay que tenerlos muy en cuenta pero es muy importante tomar conciencia que una cosa son los hechos y la otra los juicios sobre los hechos.
3. Intención positiva. Se trata de averiguar para qué nos contamos la historia que nos contamos. Aquí es bueno no auto censurarnos y hacer que afloren todos lo que pensamos, insultos incluidos si hubieran, porque hay un mensaje muy valioso detrás de todo eso. Aceptemos esos pensamientos honestamente  y tratemos de identificar que es aquello que es bueno para nosotros cuando nos contamos lo que nos contamos. Aquí os dejo una lista que os podría ser de utilidad para identificar lo que podríamos estar buscando.
4. Hacer el duelo. Una vez identificada esa necesidad o intensión positiva es necesario hacer el duelo por el hecho de faltarnos eso que es tan importante para nosotros.  Es bueno sentir ese dolor porque es sanador. Como nos decían cuando éramos pequeños y nos curaban un herida con antiséptico:  ”Si pica es que cura” y lo que queremos es que cure, ¿no?
5. Apreciar la belleza de la necesidad. Quedarse un tiempo apreciando y disfrutando de lo bella que es esa necesidad que hemos identificado y que es tan valiosa para nosotros.
6. Plan de acción. ¿Cómo lo ves ahora? Después de todo esto, ¿Harías alguna petición a alguien o a ti mism@?

Texto de: Francesc Xavier Bonada Vergara

DESAPEGO




GRACIAS DOY
a aquellos que no me supieron querer,
porque me enseñaron a integrarme con el desapego.
Oscar Carlos Badolato