Un ejercicio simple nos
permite familiarizarnos con el poder de las gracias. Se realiza una sola
vez y sólo requiere un poco de disposición y tiempo.
Existe un hecho muy importante que todos deberíamos saber y recordar: La palabra Gracias
encierra un poder y profundidad inimaginables: Traspasa todas las
barreras culturales, geográficas y religiosas, es reconocida y aceptada
por cada uno de nosotros y, si sabemos aplicarla constantemente en
nuestra vida, puede brindarnos enormes beneficios en todos los aspectos.
Muchas veces recordamos dar las gracias en las tragedias
y momentos difíciles que no nos llegan directamente, cuando hemos
salvado ilesos de alguna situación o cuando tenemos buenas noticias para
nosotros. Y es en esos momentos en los cuales nos damos cuenta de su
valor, trayéndonos de vuelta al momento presente y enfocándonos en lo
realmente importante.
Ahora
bien: Qué tal si pudiésemos acceder al poder de las gracias cada vez
que lo necesitemos? O mejor aún: Qué tal si lo convirtiésemos, sin
esfuerzo, en una actitud de vida?
Un simple ejercicio.
La
primera vez que puse realmente en práctica el poder de las gracias, se
me llenaron los ojos de lágrimas. Primero, porque me di cuenta de cuán
enfocado estaba en el afuera y en el seguir obteniendo, sin hacer una
pausa a mi interior y valorar todo lo que ya era y tenía. Y, por otro
lado, porque sentí que siempre agradecía a los demás desde un lugar
externo, sin comenzar con un estado real de gratitud conmigo mismo.
Estos
fueron dos puntos clave para mí. Y es por ello que comparto a
continuación un ejercicio introductorio extraordinariamente simple para
familiarizarnos con este poder. Se realiza una sola vez y solo requiere
un poco de disposición y tiempo. Lo he dividido en dos partes
esenciales:
1) Gracias a nosotros mismos:
Escribamos en un libro de notas 30 motivos por los cuales dar las gracias.
No nos pongamos límites y pensemos en todos los aspectos que nos
agradan de nosotros mismos en relación a nuestra personalidad, nuestra
salud, nuestra capacidad de enfrentar situaciones, nuestra actitud
personal y hacia los demás, nuestros dones y talentos. Podemos ir
refinando y agregando muchos más de ellos. Si tenemos cierta dificultad,
pidámosle a una persona cercana que nos ayude. Notaremos que, luego de
hacer este ejercicio y leer lo que hemos escrito, activaremos nuestro
estado de ánimo, sintiéndonos más empoderados, alegres y agradecidos. Es
muy importante mantener esta información para nosotros mismos y en un
lugar de inmediato acceso, de modo de recurrir a ella con facilidad y
cada vez que la necesitemos.
2) Gracias a nuestro entorno:
Una
vez que nos hemos enfocado en nuestro interior y de forma individual,
es momento de prestar atención a nuestro entorno más cercano: A nuestro
hogar, a la presencia y el cariño de nuestros familiares y amigos, a
nuestras pertenencias y nuestros logros, entre otros. Con esta segunda
etapa, logramos completar un poderoso ejercicio, el cual, mientras con
más regularidad leamos, más fácilmente integraremos en nuestra mente,
pudiendo convertirse en un hábito mucho antes de lo que imaginemos.
El
poder de las gracias tiene un valor indescriptible e inconmensurable y
puede hacer verdaderos milagros en cada uno de nosotros. Ser capaces de
decir e integrar sinceramente esta palabra con regularidad, internamente
y a los demás, llegando al punto de agradecer por todo, incluso por las
dificultades y tribulaciones a las que nos veamos enfrentados, es, sin
duda, uno de los mayores logros que podamos tener como seres humanos.
de: Felipe Cortés-12/9/2011
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