Sigo haciendo fotos para presentar en el taller de fotografía II que comenzó hace unas semanas.
Hay que hacer y hacer para aprender, tengo que gatillar mil veces y de esas equivocarme todas las necesarias para algún día poder llamarme "fotógrafa".
Estas se las hice a una amiga que es pintora.
En la mayoría salió desnuda, asi que aquí muestro las que sí pueden ser vistas-
Hay quien ve la luz al final de su túnel y construye un nuevo túnel, pa´ no ver, y se queda entre lo oscuro, y se consume, lamentando lo que nunca llegó a ser. Yo no fui el mejor ejemplo y te lo admito, fácil es juzgar la noche al otro día; pero fui sincero, y eso si lo grito, que yo nunca he hipotecado al alma mía! Si yo he vivido parao, ay que me entierren parao; si pagué el precio que paga el que no vive arrodillao! La vida me ha restregao, pero jamás me ha planchao. En la buena y en la mala, voy con los dientes pelaos! Sonriendo y de pie: siempre parao! Las desgracias hacen fuerte al sentimiento si asimila cada golpe que ha aguantao. La memoria se convierte en un sustento, celebrando cada río que se ha cruzao. Me pregunto, cómo puede creerse vivo, el que existe pa´ culpar a los demás? que se calle y que se salga del camino, Y que deje al resto del mundo caminar! A mí me entierran parao. Ay, que me entierren parao! Ahí te dejo mi sonrisa y todo lo que me han quitao. Lo que perdí no he llorao, si yo he vivido sobrao, dando gracias por las cosas que en la ruta me he encontrao. Sumo y resto en carne propia, de mi conciencia abrazao. Parao! aunque me haya equivocao,aunque me hayan señalao, parao! en agua de luna mojao, disfrutando la memoria de los rios que he cruzao, aunque casi me haya ahogao, sigo parao!aunque me haya equivocao, vivo parao!aunque me hayan señalao, yo sigo parao!corriendo y de pié, vivo parao!dando gracias por las cosas que en la ruta me encontrao, sigo parao!
Seguramente has experimentado muchas veces como un mismo acontecimiento -una discusión familiar, por ejemplo- es vivida de manera radicalmente distinta por los diversos miembros implicados en ella. Así mismo, te habrás preguntado alguna vez cuál es la causa de que algunas personas logren recuperarse de una situación adversa como la muerte de un ser querido, mientras otras caen en una profunda depresión de la que les es muy difícil recuperarse.
Estas diferencias son debidas principalmente a que cada uno de nosotros procesa la información de una manera diferente. Cuando entramos en contacto con un acontecimiento externo, la información que llega a nuestro cerebro no es una simple copia o fotografía de lo que ocurre afuera. Si esto sucediera así, todos veríamos siempre las cosas del mismo modo, ¿no es cierto?
Lo que ocurre en realidad es que percibimos las cosas que nos pasan a través de unos guiones o esquemas que hemos ido construyendo a lo largo de los años como fruto de nuestras experiencias dentro y fuera del ámbito familiar. Estas pautas están guardadas en una especie de mochila que cada uno llevamos a cuestas continuamente. Cuando nos enfrentamos a una situación, algunos de estos filtros se activan saliendo de nuestra mochila y situándose como una lente entre nosotros y el mundo.
Estos esquemas hacen que, sin darnos cuenta, prestemos más atención a unos detalles de la situación que a otros, y que los interpretemos de uno u otra forma. Numerosos estudios han demostrado, por ejemplo, que ponemos más atención a los aspectos de la situación que coinciden con nuestro estado de ánimo en ese momento, es dicir: si estamos contentos, por ejemplo, percibiremos como más fuertes las informaciones agradables que nos lleguen, en detrimento de otras más negativas. Estas distorsiones o sesgos se hacen más extremos en las personas con problemas emocionales: las personas con depresión centran sin quererlo su atención en los aspectos negativos de su vida, de los demás, de sí mismos y del futuro. De un modo similar, las personas con problemas de ansiedad, dan mucha más importancia a las supuestas fuentes de peligro que las demás personas.
Sally Mannha llamado la atención no solamente por sus cualidades técnicas sino también por sus muestras sobre sexualidad durante la pubertad y la adolescencia.
Estas muestras pertenecen nada menos que a sus tres hijos: Emmett, Jessie y Virginia.
Las escenas muestran reuniones familiares, niños jugando, típicas escenas familiares o por lo menos, aparentan serlo. Mann ha provocado controversias con estas fotografías y ha sido acusada de explotar a sus hijos, sin embargo sus fotografías dejan en claro que los niños son personas y no títeres. Estas fotografías muestran los misterios de la niñez y luego el crecimiento de los niños captados con gran belleza por su madre.
"La metáfora del espejo adquiere vigencia cuando al ver los ojos del retratado, aquellos que le sirven para ver el mundo exterior, me siento impelido a aprehender lo que está del otro lado de esos ojos: su mundo interior."