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viernes, julio 27, 2012

Recordamos mejor a las personas que sonríen y nuestro cerebro las detecta rápidamente.

Esta respuesta, se debe a que nuestro cerebro es social y por ende, sensible a las señales sociales positivas, detectar rápidamente a los amigos o personas amigables, fue una excelente estrategia de supervivencia para nuestros antepasados, lo mismo que lo que fue y es hoy en día recordar a las personas que nos ayudaron o consideramos que podrán hacerlo.

Las neuronas en espejo también entran en juego, activándose aquellas que hacen sentir como propia la expresión alegre del otro, lo que conduce a estimular el circuito de recompensa cerebral y con ello al hipocampo (estructura fundamental en la memoria explícita e implícita)  y la memoria.
 
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