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martes, diciembre 24, 2013

SER ESPIRITUAL, POR BRIAN WEISS



..Para mi ser espiritual quiere decir ser más compasivo, afectuoso, y bueno. Quiere decir tender la mano a la gente con cariño, sin esperar nada a cambio. Quiere decir reconocer algo mayor que uno mismo, una fuerza que existe en una esfera desconocida que tenemos que luchar por descubrir. Quiere decir comprender que hay lecciones superiores que debemos aprender y darnos cuenta de que, una vez aprendidas, nos esperan otras aún superiores. La capacidad de ser espiritual reside en el interior de todos nosotros y tenemos que sacar provecho de ella.

He visto a personas religiosas cometer actos violentos o incitar a otras a cometer actos bélicos. "Mata -dicen- porque aquéllos a quienes atacas no comparten nuestras creencias y, por lo tanto, son nuestros enemigos." Esa gente no ha aprendido la lección de que sólo hay un Universo, un Alma. Para mí, su actitud es totalmente antiespiritual, me da igual qué religión la defienda. Esa seria de hecho, la diferencia entre religión y espiritualidad. Nadie necesita la religión para ser espiritual; se puede ser ateo y, no obstante comportarse con cariño y compasión. Una persona puede trabajar de voluntario, por ejemplo, no porque se lo ordene Dios, sino porque, al hacerlo, se siente bien y porque considera que así deberían tratarse los seres humanos entre ellos, que así es cómo deberíamos progresar hacia el nivel superior.


Según mi concepción, Dios es una energía de amor y sabiduría que reside en todas y cada una de las células de nuestros cuerpos. No me lo imagino como un señor barbudo sentado en una nube emitiendo juicios. (En términos psicoanalíticos, se diría que eso es una proyección, el antropomorfismo de Dios.) La Pregunta más importante en el tema de la espiritualidad no es: "¿a qué Dios adora usted?", sino "¿es fiel a su alma?", "¿lleva una vida espiritual?", "¿es una persona buena aquí en la Tierra, que disfruta de su existencia, que no provoca daño, que hace el bien a los demás?".

Esa es la esencia de la vida, algo fundamental en nuestro camino hacia cimas superiores, y no parece tan complicado. Sin embargo, muchos aún no hemos aprendido bien esas lecciones de espiritualidad. Somos egoístas, materialistas, personas carentes de empatía y compasión. El impulso de hacer el bien cede ante el deseo de estar cómodos físicamente. Y, cuando la bondad y el egoísmo luchan en nuestro interior, nos sentimos confundidos e infelices.
 
 
Brian Weiss, pagina 254/255 en su libro: 'Muchos Cuerpos, una misma Alma'

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