- Del amor de los demás, siendo auténtico, siendo yo mismo, sin tener que ocultar mi identidad y mi vulnerabilidad.
- De respeto, sin tener miedo de reconocer mis limitaciones.
- De pertenencia, reconociendo mi derecho a pensar y actuar con libertad sin tener que ser excluido por ello.
- De mis derechos los cuáles me pertenecen por el simple hecho de existir y no porque deba conquistarlos.
- De mostrar mis sentimientos, mis emociones y mis formas de pensar, sin sentir miedo y sin tener que ser castigado o criticado por ello.
- Del éxito, sin tener que pagar altos precios por conseguirlo, sino porque me he comprometido con mi propósito de vida y es por ello que lo merezco.
- Del placer y del disfrute, sin tener que sentir remordimientos.
- De elegir que puedo apoyar a otros sin tener que cargarlos y sin pasar por encima de mis necesidades.
- De cubrir mis necesidades y lograr mis metas, sin tener que dejar la vida en ello.
Quiero merecer como consecuencia de mis elecciones y mis actos y no como premio por complacer a los demás.
Lo que yo quiero es sentirme digno,
reconociendo mi derecho a merecer el respeto de los otros,
por ser la persona que soy.
Lo que no quiero es:
- Tener que aparentar ser otra persona para poder tener el amor de otros.
- Negar mis sentimientos, mis emociones y mi forma de pensar para poder ser aceptado por otros.
- Ser juzgado, criticado o castigado por defender lo que soy y defender aquello en lo que creo.
- Tener que llenar las expectativas de otros, pasando por encima de las mías.
- Pensar que mis derechos como persona, son algo que me tengo que ganar con el esfuerzo o con el sometimiento, cuando en realidad son míos por el sólo hecho de existir.
- Sentirme culpable por ser exitoso o darme el derecho a sentir placer.
- Sentir miedo al mostrarme al mundo de manera auténtica.
- Cargar a otros evitando que sea cada quién que se responsabilice de su propia vida.
- Dejar de ver mis necesidades, para ver las de los demás, por ganarme su aprecio.
- Vivir para trabajar sin tiempo para el contacto, para aprender, para enseñar, para disfrutar de la vida y de las personas.
- Hacer las cosas, para recibir un premio o evitar un castigo, y no por un deseo auténtico.
- Que mi vida esté más orientada al DEBER SER que al SER, porque sólo así me pueda sentir merecedor.